Quien a Dios tiene, lo tiene Todo. Jeanne de Matel.
Espiritualidad de nuestra fundadora Jeanne de Matel
Nace en Roanne, Francia, el 6 de noviembre de 1596, es bautizada el mismo día. Sus padrinos son dos niños pobres: Juan y Juana. Sus padres, de altas cualidades y grandes virtudes, eran el Sr. Jean Baptiste Chézard y Sra. Jeanne Chaurier.
Educada bajo la mirada de un padre ejemplar y una madre cariñosa. La Sierva de Dios comenzaría a vivir en el temor y el amor de Dios al mismo tiempo que aprendía los artículos de la Fe. Dios le concedió el don de la ciencia infusa, pues la tenía destinada para una gran misión. A los 7 años pide permiso de ayunar las vísperas de las fiestas solemnes; lo que le fue concedido a los 9 ó 10 años. A los 12 años hace su Primera Comunión.
La adolescencia de Jeanne fue tiempo de crecimiento, cuestionamientos, dudas y elecciones, tratando siempre de hacer un balance entre su gusto por la vida social y la búsqueda de la voluntad de Dios. Cuando Jeanne tenía 18 años experimentó el amor de Dios por ella, de una manera que hizo cambiar su vida. Dios le enseñó en este tiempo, que su camino hacia Él era un camino de amor. En este tiempo recibió el don de entender las Escrituras y comprender el Latín.
De 1620 a 1625 Dios la preparó a una misión. En este periodo se sintió elevada a los grados más altos de la oración. Las luces venían a su espíritu sin esfuerzo de su parte; palabras no buscadas resonaban en el fondo de su alma, veía y comprendía las cosas que ella sola no hubiera pensado jamás.
Basada en una larga reflexión y preparación dejó su casa paterna a la edad de 29 años, el 2 de Julio de 1625, con 2 compañeras inició la ORDEN DEL VERBO ENCARNADO Y DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO, la cual fue aprobada definitivamente por el Papa Urbano VIII el día 1 de Mayo de 1633.
Todos los autores destacan la personalidad de Jeanne, y la unen a los que hicieron en el siglo XVII, en Francia, el "Siglo de las Grandes Almas", (San Francisco de Sales, Santa Juana de Chantal, San Vicente de Paúl, el Cardenal Fierre Bérulle, María de la Encarnación, etc.) Jeanne fue una persona de visión amplísima, testimonio de fe, de amor y de esperanza.
*BÍBLICA: La Sagrada Escritura fue para Jeanne el medio para unirse al Verbo Encarnado y oír su Palabra.
*EUCARÍSTICA: Su piedad estaba alimentada por éste Sacramento que recibía diariamente. Su devoción especial al Verbo Encarnado en el Santísim
*TRINITARIA: La Santísima Trinidad -el Padre, el Verbo Encarnado y El Espíritu Santo- está continuamente presente en la vida de Jeanne. Vive en actitud de adoración al Padre, en Jesús por medio del Espíritu Santo.
*MARIANA: Ayudada y confortada por la Madre de la Iglesia, la Sma. Virgen María, Jeanne acude a ella con confianza y sencillez. De ella recibió en toda ocasión pruebas de maternal solicitud. Jeanne nombró a María "Madre de la Orden del Verbo Encarnado"
LAS RELIGIOSAS DEL VERBO ENCARNADO Y DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO realizamos nuestra misión en la Iglesia viviendo el Misterio de la Encarnación del Hijo de Dios, mediante la identificación con Cristo para Gloria del Padre en amor del Espíritu Santo, queremos ser apóstoles del Verbo Encarnado anunciando el Evangelio del AMOR Y LA BONDAD, como lo hizo nuestra Venerada Madre Jeanne Chézard de Matel.
Para obtener gracias por intercesión de la Reverenda Madre Jeanne de Matel
Padre Nuestro, Ave María Gloria al Padre.
Verbo Encarnado, yo te adoro y te amo con todo mi corazón.
Corazón Sagrado de Jesús por la intercesión y para la glorificación de tu sierva Jeanne de Matel. Escúchanos.
María Inmaculada, Madre del Verbo Encarnado presente en el Santísimo Sacramento. Ruega por nosotros.
Venerada Jeanne de Matel, objeto de las ternuras del Verbo hecho carne. Ruega por nosotros.
(Se reza tres veces)
Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, te damos gracias por todos los dones con que te dignaste enriquecer a tu sierva Jeanne Chézard de Matel, y por los méritos del Verbo Encarnado y los dolores de su Santísima Madre, te suplicamos te dignes elevarla al honor de los altares, para mayor gloria tuya y salvación de la humanidad. Por su intercesión te rogamos, Jesús, nos concedas la gracia de amarte cada día más y LA APROBACIÓN POR PARTE DE LA IGLESIA, DE LA POSIBLE CURACIÓN MILAGROSA Y LLEGAR UN DÍA A TU REINO DE AMOR. AMEN.
Versículo: Venerable Jeanne Chézard de Matel, Apóstol de la Encarnación,
Respuesta: Intercede por nosotros.
¡Oh Divino Verbo Encarnado!, que por amor al hombre os habéis hecho niño, tomando carne de las purísimas entrañas de la Santísima Virgen, dándonos admirable ejemplo de humildad y de caridad, dad consuelo a mis penas, aliento en la virtud , fortaleza en la tentación, paz a las familias y grande amor a los corazones a vos consagrados, que todos os reconozcan y os amen. Oid ¡oh Divino Verbo Encarnado! La súplica que os hago y concédeme, por los méritos de la Santísima Virgen, vuestra Madre mía, la gracia que os pido (...) si es para vuestra mayor gloria y bien de mi alma. Amén.
V. Verbo Encarnado en esta necesidad
R. Muéstranos tu poder.
"Mi corazón, mi lengua, y mi pluma te pertenecen. Así como me lo prometiste, por favor permite que siempre escriba de acuerdo a tu Espíritu de verdad."
"Quien a Dios tiene, lo tiene Todo. "
"Una larga demora que nos aflige en algún asunto es frecuentemente un remedio para otras situaciones. "
"…puesto que Tu Bondad me ha dado el deseo, que también me dé la Fortaleza para llevarlo a cabo."
"Tú me dijiste que Tu Amor Te impulsa a revelarte a ti mismo, como lo hacen los niños cuando se esconden. "
"A Dios le encanta llenar los vacíos."
"Te he hecho un cristal, pero recuerda que tu eres tan frágil como el vidrio. Tu me das a conocer porque tu sencillez infantil te hace transparente. Yo me revelo a mi mismo a través de ti como en un espejo."
"Todas las virtudes pertenecen a Jesucristo , pero aquellas que especialmente le pertenecen son la Bondad y la Misericordia."
"Tocada por Tu mano Derecha, la cual es llave que puede deshacer cualquier cerrojo, mi corazón fue abierto."
"Seamos Ministros de Paz entre aquellos que no la poseen."
"Orad por la Paz y pedidle a Dios que reine en nuestros corazones."
"Nuestras vidas son un libro, en el cual los demás pueden leer las instrucciones que les damos."
"La misericordia es una santa bondad que gana corazones."